Levantarte sintiéndote como una mierda y mientras que te vistes y desayunas, pensar en que cara poner para que nadie se de cuenta como estás, llegar al instituto y reírte de cualquier tontería que te digan sin tener ganas, escuchar lo que te dice la gente mientras que piensas en que momento del día aunque solo sea un minuto te escuchen a ti tus problemas, anécdotas, chistes malos, etc.. sin que te digan hablamos luego mejor y quedarte esperando ese luego.
Llegar otra vez a tu casa y que solo te llamen por algo que necesitan y que te saluden por chat por quedar bien, y acabar la conversación con un Hola.
Todo esto día tras día poniendo cara de felicidad ya cansa.